dijous, 26 de novembre del 2009

Un desprecio preocupante para la Federació

Este mundo de la Federació es un sinvivir constante. ¡Qué lástima! Los personalismos siempre se imponen a la cruda realidad de un fútbol que queda en segundo plano. A la espera de recibir novedades esta noche tras la junta directiva, el presidente Jordi Casals acaba de recibir el segundo ‘bofetón’ en el rostro de la Federació ya que el mismísimo President de la Generalitat de Catalunya, José Montilla, no ha tenido a bien recibirle junto al nuevo seleccionador catalán, Johan Cruyff. Están vendiendo que la recepción era privada. Me van a perdonar pero para tratar cosas privadas, Montilla se tendría que haber llevado a Cruyff a su casa ¿no?

Lo vendan como lo vendan, ha sido un desprecio en toda la regla de Montilla. No sólo a Casals sino a la propia Federació Catalana, como lo fue también no aparecer en la majestuosa presentación de ‘Dios’ en el Palau de Congresos. Así lo pienso y así lo escribo ya que nuestras ‘mochilas’ ni son socialistas, ni son convergentes ni son esquerranas ni de los populares ni recibimos subvenciones que nos condicionen. Decimos tal cual observamos y analizamos y el ‘señor desprecio’ a la Federació es de órdago.

Ahora sólo espero que Casals salga a la palestra. Este mismo jueves es la mejor oportunidad para dar la cara, para decirle a Montilla que ha tenido un gesto despreciable hacia la Federació Catalana; que si no ha entrado el político de Sabadell, Juan Emilio Romero, ha sido porque no le ha apetecido al propio Casals y no precisamente por ser socialista. Mal, muy mal. Todo empezó hace muchos años con la innecesaria presencia de políticos que se metieron a directivos y que llevó incluso al ex-presidente Jordi Roche a pagar de su bolsillo a asesores y ahora se ha llegado al extremo de tener al secretario de la Plataforma proseleccions catalanes-periodista-presidente de club-exjugador al frente de la parcela deportiva. Aquí todo vale.

Lo dicho: mientras ya empiezan a sonar tambores de guerra entre los militantes de Esquerra con los de Convergència dentro de la junta directiva, Casals se enfrenta a los socialistas. Todo muy edificante. Mientras, como dice Albert Solé (El 9), Miguel García, el ‘diablo’ socialista de L’Hospitalet ‘es deu estar llepant el bigoti. Ai no, que ja no en porta’. Cito a mi entrañable Solé lo mismo que ha hecho él con la entrada de Antonio Morales en la junta. ¿Dónde lo leíste antes, Albert? Bueno, no nos perdamos en anécdotas: cuando acabe la junta de esta tarde, el presidente de la Catalana (a quien todavía ni ha recibido el President de la Generalitat) tendría que salir y explicarnos esa ‘guerra’ con los socialistas cuando la FCF no tiene -o no debería tener- colores políticos. Y, de paso, Sr. Casals, pregúntele a su directivo Torres por la fecha de la primera final antes de la segunda final de esa Copa lleva el nombre (qué vergüenza, por el improvisado sistema de competición) de Catalunya.

Y, sobre Miguel García, otro detalle: me han recordado esta semana una de mis máximas habituales: ‘las querellas no se anuncian sino que se interponen’. Es verdad y lo mantengo, tan verdad como que todo tiene su tiempo y jamás es ilimitado, pero García tiene mucho ganado ya que es de los pocos –el único sería demasiado atrevido- que da la cara y que está dispuesto a un debate que siempre ha acobardado al directivo Torres.