Este viernes se ha firmado por parte del presidente de la Federació Catalana, Ricard Campoy, la compra del nuevo local del Baix Llobregat, en Cornellá, tal y como hemos ido informando desde mucho tiempo atrás en 'Futbol Catalunya'. Como no entiendo ni de inmuebles, ni de inversiones, ni de enchufes políticos, me limitaré a repasar la tozuda realidad.
Cierto directivo, que dicen guarda el tesoro de la FCF (Gálvez), sacó pecho , y así lo tiene que certificar el acta correspondiente o los asistentes -no tengo duda de que delante de un juez lo harían-, sacó pecho, decía, porque, gracias a su influencia con el alcalde de Cornellà ese local se había obtenido por un precio de ganga debido a la amistad entre los dos personajes. Desconozco si el alcalde de Cornellá se enteró de la tontería del susodicho Gálvez. Lo que tengo claro es que la oposición de Cornellá (PP) está donde debe por méritos propios. Ni sabe, ni se les encuentra ni se quieren enterar.
Mejor para quien le beneficie. Dicen que quien se beneficia es el fútbol catalán ya que el alquiler del local de Sant Feliu de Llobregat costaba sobre los 2.500 euros y que la operació Cornellá se cierra con un presupuesto de 600.000 euros de los que la mitad son abonados por el gran Ángel Villar y la otra mitad se abonará desde la FCF en un préstamo correcto. Me alegro muchísimo. Sólo me falta que salga el presidente Campoy y explique esos números para que se sepan. ¿Se podría haber esperado al próximo presidente? Eso también lo podría explicar Campoy.
Por cierto, el nuevo local estará en Cornellà, bendita ciudad cuyo primer equipo preside un tipo que se permitió 'rajar' y reirse de los árbitros, es decir, reirse del presidente César Ochoa y del asesor 'profesional' Vico Díaz -Israel López (fútbol sala) me dijo en Granada que Vico también cobra- y aquí no pasa nada.
Ahora, como el arbitraje catalán está tan contento con aquellas desagradables declaraciones, lo mejor es juntarse todos en Cornellá y 'pelillos a la mar'. ¿O no?