Andreu Subíes es un tipo misterioso, cobarde y ya lo está convirtiendo en costumbre. Por supuesto que no tengo nada contra él sino todo lo contrario. Lleva tres presidentes de la Federació ‘a sus espaldas’ y ahí sigue cortando cabezas a los árbitros y mandando a los polichinelas a los que con sus votos y el fútbol sala llevó a la calle sicilia. He hablado pocas veces con Subíes y sólo en una ocasión, cara a cara, cuando la modesta candidatura de Casals se presentaba en Pedralbes. Le dije lo que le tenía que decir, en rueda de prensa, y punto porque, aunque tenga muchos millones y sea muy poderoso, la vida no deja de ser una noria.
Y se lo digo a Subies quien tuvo a bien invitar a este medio de comunicación a una ‘Copa de Nadal’ a la que no pudimos asistir por motivos laborales. Le correspondimos con una petición de entrevista, cara a cara, para hablar del Benavent y de la Federació. Contestación oficial: “Del Benavent no interesa nada lo que pueda decir y para hablar de la Federació está el presidente”. Y hasta creo que en la segunda parte de la respuesta puedo estar de acuerdo con Subíes. Allá él. Se lo dije días después de la final de la Copa del Rey en Valencia cuando un ex directivo lo puso a parir y le enrojeció en el palco. El lo negó y mintió. Creo que no se lo merecía,pero luego dijo que no se presentaría a las elecciones y en 24 horas recogió las papeletas y ahora prefiere el silencio.
Y lo peor, sr Subíes, es leer medios en los que parece moverse más a gusto y en los que tampoco aparecen palabras textuales suyas. El último caso es la información que se puede leer en LA MAÑANA de este viernes 26 y que es realmente dura y peligrosa tras una ‘denuncia por violar la intimidad” del Sr Cabrerizo. Dice el rotativo de Lleida: “Por su parte, Subies aseguró ayer que el teléfono es propiedad de la Federación y Cabrerizo quizás hizo un uso indebido del mismo. Subies afirma que cuando Pérez se hace con el teléfono aparecen e-mail y este los envía al propio Subies y a Moreno como sus cargos superiores. Subies asegura que Abel insultaba a la propia federación utilizando un teléfono que era propiedad de “la propia federación”. Todo con un “interés personal y no profesional”. Sólo dos frasecitas para no ‘pringarse’ mucho, no obstante ya habrá oportunidad para escucharle con atención más pronto de lo que se pueda creer, señor vicepresidente
