Este 'cuentagotas' empieza a resultar impresentable, especialmente, cuando alguien se va de un sitio al que ha venido a servir y representar a unos clubs y se van sin decir ni 'esta boca es mía'. Claro que peor es 'poner el cargo a disposición del presidente' y que el presidente te ignore y que cada tonto aguante su vela. Antepenúltima, penúltima o última reunión de la junta que preside Ricard Campoy. Paso de los acuerdos oficiales donde no hay novedades aunque el fútbol catalán tiene que saber que el vicepresidente primero, Jesús Farga, le ha dicho a sus compañeros de junta que acudirá a las elecciones a la presidencia. Creo -no me hagan mucho caso- que don Jesús tiene intención de dimitir una vez pase la Asamblea del próximo sábado donde se fijará el calendario electoral y habrá que elegir los tres titulares y los tres suplentes de la futura junta electoral.
Y, a todo esto, -se me va la olla- nueva dimisión de la que el jefe de prensa, Bernat Bafaluy, no se hace eco porque ni se lo han dicho aunque para eso estamos nosotros: Ricard Ribas, vicepresidente del Futbol Sala también le ha entregado la carta de dimisión a Campoy y se ha ido como se fue su presidente, Israel López. Lo dicho: ¿razones? Sólo las sabrán éllos aunque quizá nos enteremos durante el proceso electoral. Ayer, lunes, faltaron algunos directivos, como siempre (De la Cruz o la habitual Deborah...) aunque volvió a retornar el adjunto a la presidencia, Manzano, cuyo futuro puede estar lejos de la calle sicilia. Ni me alegro ni me pongo a llorar: digo lo que me han dicho y dicho está