Leo con toda la atención la noticia que publica Mundo Deportivo en torno a la despedida del jefe de prensa/director de comunicación de la Federació Catalana, Bernat Bafaluy y me alegro.
Sí, me alegro porque, aunque la crisis sea para todos y otro periodista se irá al paro, nadie se merece –nadie que sea una gran persona- tener que soportar los caprichos de un señor que ha llegado a la presidencia ‘pasteleando’ junto a otro periodista (Torres) y al que también le llegará su hora.
Entiendo que todo el mundo tiene sus intereses y acepto que es un cargo de confianza muy importante, lo que no entiendo es la cobardía y cobardes son aquellos que no tienen lo que hay que tener para decirle a la cara a un periodista que su relación profesional ha acabado. Cobarde, asqueroso, nauseabundo, indigno, pero me alegro por Bernat ya que está muy por encima de todos esos personajes que están ahora en la calle sicilia. ¡Qué diría el periodista Torres si estuviera fuera de un despacho donde dice que brilla la transparencia!
No quiero perder más el tiempo con ninguno de los dos sujetos. Se lo encontrarán. Todo se lo encontrarán en el camino. Se va Bafaluy y llega un sustituto procedente de la agencia EFE y 'profundo' conocedor del fútbol catalán. Otros hicieron la pelota para estar en ese cargo y darle vida al ‘abuelo’ y siguen picando piedra. Eso es mucho mejor que ponerte a disposición de estos salvadores del fútbol catalán. Lo dice el refrán: Sólo ‘perro come carne de perro’ y el refranero es sagrado. Ni entre nosotros nos aclaramos y luego escribimos y exigimos la perfección. ¡Hasta siempre, Bernat!
