dijous, 23 de setembre del 2010

Sólo quedan 7 días y el Barça pasa de todo



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Laporta se fue del club firmando convenios para ayudar económicamente al entorno Cruyff, pero dejando las facturas por pagar

Entre las facturas que dejó Joan Laporta por pagar antes irse hay dos que conducen a Cruyff con un coste de casi dos millones de euros aproximadamente, una cifra que el Barça podría haberse ahorrado o reducido a una proporción correcta y ajustada aplicando un elemental sentido común. Ambos canales de flujo financiero dirigidos al entorno del ex entrenador holandés se abrieron a capricho y con el descaro y frivolidad tan propios del ex presidente Laporta en el uso (abusos) del dinero de los socios del Barça.

No fue hace más de un año, en el momento en que se produjo el relevo en el ejecutivo de la FCF, cuando el Barça de Laporta sintió el repentino impulso de ayudar a la Federació Catalana de Futbol. Su generosidad despertó más tarde, a partir de noviembre de 2009 tras el nombramiento de Johan Cruyff como seleccionador, pero sobre todo después de que el primer amistoso dirigido por el holandés, el Catalunya-Argentina disputado la pasada Navidad, resultara insatisfactorio económicamente.

Durante los seis años anteriores de su mandato, Laporta no sólo no había querido saber nada de la Federació Catalana, sino que, de forma sistemática, había torpedeado sus iniciativas, incluida la promoción de la Seleccio Catalana. Laporta llegó a faltar a varios partidos en el Camp Nou, a impedir la participación de algunos de sus jugadores y a mirar a otro lado cuando, estando él en la Federación Española como vocal, apoyó el hecho de que Villar vetara un partido de Catalunya contra EEUU. Invariablemente, además, había cobrado los gastos de abrir el Camp Nou cuando lo cedía para los partidos de Catalunya, estimados en un 200.000 €. Por no hablar del trato vejatorio ofrecido en determinados momentos, echándolo fuera del palco en pocas palabras, al anterior presidente Jordi Roche.

Sin embargo, Laporta decidió no cobrar esta vez, es decir cargarlo a debe del FC Barcelona, los costes del Catalunya-Argentina pasado, el primero y único dirigido por Cruyff en el banquillo, exhibiendo de pronto una súbita y entusiasta voluntad de colaboración con el ‘fútbol catalán’, el mismo por el que durante todo su mandato había mostrado indiferencia primero y acritud después, hasta una manifiesta hostilidad, aseguran que debido a la relación cordial que Jordi Roche mantenía con Sandro Rosell.

Acaso ese fuera el motivo que estimulara aún más la irracional decisión de Laporta de conceder una subvención a la Federació Catalana de Futbol por un importe de 750.000 €. Fue pensado, decidido y aprobado por él mismo sin consultar siquiera a su colectivo de directivos. Eso sí, Laporta reflexionó que, puestos a pagar, mejor que el dinero lo desembolsara la nueva junta en dos pagos, uno ahora en septiembre y otro en el primer trimestre de 2011, con cargo a su presupuesto. La broma le habrá costado al Barça casi un millón de euros si añadimos el gasto de abrir el Camp Nou. De aquel partido, todos los ingresos por taquilla, derechos de TV y publicidad estática fueron para la Federació Catalana.

El motivo por el que Laporta corrió a ofrecer una subvención hay que buscarlo en el hecho de que el Catalunya-Argentina fue deficitario si se tiene en cuenta que Johan Cruyff, a través de su fundación, se llevaba una cantidad de 1,7 € por espectador, no por entrada vendida, sino por asiento ocupado, eso al margen de los compromisos adquiridos por la FCF de conceder en exclusiva la formación de determinados cursos de formación a través de su academia y de la instalación de las canchas de fútbol en ayuntamientos de Catalunya mediante la participación de unas empresas en concreto. Dicho de otro modo, alguien debía hacerse cargo del déficit generado por este primer partido de Cruyff con Catalunya. Los anteriores habían servido para generar beneficios con destino al fútbol formativo catalán hasta que Cruyff impuso unas condiciones exageradas a través de convenios con su fundación bajo la engañosa propaganda de que había aceptado el cargo de seleccionador sin cobrar un solo euro. Menos mal.

La instrumentalización del Tribunal Català de l’Esport le ha salido cara al Barça
Existe la sensación generalizada de que con esta subvención Laporta pagó al deporte catalán el favor que le hizo David Moner, presidente de la UFEC, con la colaboración necesaria de la Secretaria d’Esports de la Generalita, Anna Pruna, al instrumentalizar el relevo del presidente del Tribunal Català de l’Esport, Roman Gomez Ponti, antes de que entrara en el tribunal la demanda para inhabilitar a Joan Laporta, y a toda su junta directiva, por haber incumplido los estatutos del FC Barcelona al no convocar las elecciones reglamentariamente cuando tocaba antes del 30de junio de 2006.

La tormenta política se desató en el momento en que el Tribunal Supremo ratificó el incumplimiento y la junta se enfrentaba a una más que probable inhabilitación por parte del único órgano sancionador del deporte catalán. Joan Laporta ya había amenazado antes, incluso a miembro del Govern de la Generalitat, con tomar medidas drásticas como cortar los ‘suministros’ a TV3 cuando llegó al TCE la primera demanda de inhabilitación. Esta y las sucesivas demandas habían quedado sucesivamente varadas a la espera de que la justicia ordinaria resolviera por lo civil. Con el relevo de Roman Gomez Ponti por un jurista del agrado de Laporta y de Moner la última demanda fue archivada por entra, aseguró el TCE, fuera de plazo, una barbaridad jurídica según los expertos. Como el deporte catalán está bajo la gestión de una consellería de ERC y en la nueva Federació Catalana de Futbol militaban activos defensores del las Seleccions Catalanes alguien muy importante decidió que a cambio de actuar con prisas en relevar al presidente del TCE Laporta podía plantearse dar una subvención generosa.


Rosell podría proponer a la asamblea si el Barça debe hacer frente a esta herencia o cortarle los suministros
El otro canal, este más directo, de inyección económica al entorno de Cruyff fue descubierto hace poco entre los acuerdos de la Fundació FC Barcelona. Inesperadamente y sin ningún anuncio oficial fue aprobado un compromiso de donaciones anuales a la fundación del ex entrenador holandés, también poco antes de que Laporta agotase su mandato y también con cargo a la nueva junta directiva. El compromiso es por casi 200.000 € con duración hasta 2013 según fuentes próximas. Se trata de la más elevada donación a otra fundación jamás entregada por la Fundació del Barça, una aprobada y decidida bajo la sospecha de que la militancia de Johan en el laportismo más allá del final de su mandato se sustenta en una simpatía por el personaje más que justificada

Por las mismas razones a la inversa, la antipatía que pueda desarrollar ahora Johan Cruyff hacia Sandro Rosell tendrán su razón de ser la posibilidad que éste y otro tipo de acuerdos injustificados, porque no existe ninguna devolución ni retorno para el FC Barcelona, sean sometidos al criterio de la asamblea del próximo día 16 de octubre. Si los socios deciden que estos convenios no reportan al club ningún valor añadido, el FC Barcelona no los abonará o al menos no en su totalidad.

PUBLICADO JUEVES 23/09/2010