dilluns, 7 de novembre del 2011

Gracias a Jordi Évole ‘El Follonero’


Algunos se preguntarán por qué hacemos referencia en este Blog a Jordi Évole ‘El Follonero’. Tiene una justificación y pasa por el agradecimiento infinito a este comunicador al que tuvimos el honor de recibir hace muchos años en Ràdio Barcelona. 'Carrusel Catalunya' era un programa que acogía, sin pruebas, sin filtros y sin condiciones a muchos chavales que tenían la ilusión de hacer radio deportiva. Todos podemos hablar del Barça y del Espanyol (aquí ya menos), pero cuando le preguntabas a alguno de los recién llegados por el entrenador o el presidente, ya no hablo de jugadores, de un equipo en Territorial ya se pueden imaginar el silencio. Normal. Nadie nace ‘aprendido’.

Évole fue uno más de los ¿cientos? que pasaron por la mítica calle Casp. No sé: desde 1993 hasta el 2006 a una media de 30 colaboradores…  multipliquen. Bueno. Es lo que nos dice la historia aunque el presente es bien diferente pues muchos/as de quienes pasaron por ese mítico ‘Carrusel Catalunya’ han pagado ese esfuerzo con el silencio, con el rechazo e incluso con el desprecio y seguro que tendrán sus razones. Ha habido pocos tipos que siempre han hablado públicamente con orgullo de esa etapa donde los colaboradores o sus padres, que pagaban ‘fortunas’ a academias privadas por aprender radio, venían a Ràdio Barcelona a aprender. Jordi es una de esas grandes excepciones y eso hay que recordarlo ahora que es una estrella.

Sólo especificar un detalle: la mayoría de los compañeros, que empezaban a hacer radio y que llegaban porque todo el mundo tiene un amigo un sobrino o un primo que quiere empezar, estaban a prueba durante dos o tres meses para ver si las dos partes nos encontrábamos cómodos como futuros periodistas. Una vez se superaba esa fase, a todos se les contrataba por una colaboración periodística a precio casi simbólico, pero siempre se pagaba. Una vez la Cadena SER se olvidó de ‘Carrusel Catalunya’, nos fuimos a la modestísima RKB y allí fuimos más lejos ya que se pagaba hasta la Seguridad Social. Nada del otro mundo sino que se cumplía con  la ley y así se podía trabajar con total serenidad. Lo digo porque todo eso ha pasado al olvido y nuestra profesión está por los suelos. 

Lo dicho: Gracias, Jordi, por tu reconocimiento ya que, cuando recuerdas tu pasado, nos llenas de una inmerecida gloria y orgullo a quienes iniciamos contigo tu viaje.