dimecres, 5 de desembre del 2012

Las elecciones a la UE Cornellá ya tienen un perdedor

Ya queda menos. Son las elecciones a la ‘Casa Blanca’ de Cornellà con más amenazas y bravuconadas que se recuerdan ya que ‘sólo’ han tenido que pasar 24 años para asistir al espectáculo. Mientras la crisis nos ‘come’ a todos, hay quien demuestra que le sobra el dinero. Quizá le pueda sobrar el dinero que no es suyo, pero todo a su tiempo. La única verdad en la que podemos coincidir una buena mayoría es que estas elecciones a la UE Cornellá ya tienen un perdedor: la entidad. La cantidad de barbaridades que hemos escuchado y leido sin un cara a cara transparente, clarificador, valiente y necesario entre dos candidatos –aunque hiciera falta traductor- invitan al peor futuro que uno pueda imaginar.

Pendientes aún de recursos, contra-recursos, UNA demanda y tonterías varias -¿he escrito tonterías?. Sí, tonterías de tonto, muy tonto, el más tonto de todos los tontos que se quiere pasar de listo-, vamos a llegar a un domingo donde también los comités van a tener que decidir la hora a la que se tienen que cerrar las urnas. Lamentable. ¿Cuánto tiempo necesitan 332 socios para decidirse? 

La única curiosidad que admito es saber qué va a hacer el ex ‘Molt Honorable’ y ahora senador José Montilla. Si no ha pagado nunca, o según dice la Federació Catalana –ahora hablo de la FCF- ha pagado sólo el último año, ¿sacará su cara por la entidad el domingo? ¿Socio honorífico? ¿Honor es no pagar la cuota como cualquier socio y querer poner tu voto? Personalmente, como se pueden suponer, y si no se lo suponen, sí que se lo digo yo, me resulta indiferente lo que haga Montilla, el Teniente alcalde Martínez o Rita La Cantaora. ¿Honor? ¿Dinero? Una vez más, y no volveré a insistir hasta el día 10, el ciclo-Cornellà lo dio por aparcado por aburrido y tétrico: “Entre el honor y el dinero, lo segundo es lo primero”.

¡Ah! La Federació Catalana de Andreu Subies y mi amigo Albert Baza: la FCF está para velar por el buen funcionamiento de la competición, sí señor, pero para mucho más, amigos, como, por ejemplo, censurar y extirpar a quienes insultan a los árbitros, a los políticos, a Subies o al propio secretario que ‘come de mi mano’. Y ya saben: en Enero, todos a venerar a Angel Villar en el local que por el ‘gran poder’ de Gálvez con el Ayuntamiento de Cornellá salió muy bien de precio. Punto y final: que gane quien decida el socio con todos los honores ya que la etiqueta no te la ponen ni los directivos ni los políticos.