No sé si han tenido la oportunidad de leer la 'CONTRAPORTADA' de La Vanguardia del pasado martes 12 de enero. Si no es así, se la recomiendo aunque seguro que en la Federació Catalana de Fútbol habrán tenido tiempo ya que sobran los periodistas-directivos-publicistas y lo que haga falta. A lo que voy: Genial entrevista de Víctor-M. Amela a Miguel Perlado, especialista en relaciones sectarias. Transcribo:
Pregunta: ¿Puede un partido político llegar a operar como secta?
Respuesta: Sí. Y un conjunto musical también. Y un movimiento artístico. Y una escuela psicoanalítica... Si hay líder carismático, jerarquía rígida, obediencia ciega, sumisión incondicional y un 'maltrato por tu bien'..., hay secta
Pregunta: ¿Y un club de fútbol?
Respuesta: El líder sectario es paranoide: le enfurece toda crítica y la atribuye siempre a los 'malos'. Exige uniformidad monolítica. Esto puede pasar en una corporación, una junta directiva, una ONG....
Esta semana tenemos 'junta directiva de gobierno' y luego la otra junta. Que cada cual se aplique su cuento.