Jaume Roures, socio principal de Mediapro, ha radicalizado su batalla con Sogecable. Cuando se cierre el círculo y haya adquirido los derechos de todos los clubs profesionales, o Polanco se los recompra a precio de oro para poder seguir con el PPV por Digital + o Roures conquistará todo el negocio a través de la La Sexta por TDT. Roures también le hará la competencia a El País con un diario de corte progre-gubernamental. Es su guerra, la de dos mundos de empresas audiovisuales.
Entonces, ¿qué pintan Laporta y Calderón en el campo de batalla? En la propia LFP Roures convoca una rueda de prensa y ordena que los presidentes de Madrid y Barça, Barça y Madrid, que a los ojos de Mediapro son simplemente piezas de su artillería pesada, refuercen con su presencia la demostración mediática de su poder absoluto. Esa escenificación ocurre sólo horas después de que Digital + eche a La Sexta del dial 16 de su plataforma. Tiene sentido que Mediapro contraataque y hasta que se crucen Opas y misiles herzianos. Lo que nadie puede entender es que participen, actúen y disparen, si es necesario, los presidentes de los dos clubs más importantes del fútbol español, europeo y mundial. Nadie recuerda a Núñez blandiendo la espada de TV3 o de Telefónica Media, o a Florentino liderando la compra de Vía Digital por parte de Canal Satélite, cuando aún se podía elegir entre dos plataformas. Por mucho dinero que paguen a sus clubs, ni Barcelona ni Real Madrid deben participar en batallas que no son suyas. Roures no ha comprado a los clubs, sólo sus derechos de TV. Y que sepamos, eso no incluye a haber comprado tampoco a los presidentes. ¿No?